domingo, 10 de marzo de 2013

DETALLES NIMIOS

Quién no recuerda aquellos pantalones de campana de los años setenta y las camisas con esos enormes cuellos que amenazaban con llegar al ombligo; y que me dices de los cardados de los primeros ochenta, terribles ¿verdad? El asesinato nunca pasa de moda. Fue Thomas De Quincey y su famosa frase: Si uno comienza por permitirse un asesinato pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del Día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente, lo que hizo de Sura lo que es. Claro es que, De Quincey, escribió lo anterior con la mayor de las ironías y el mejor de los sentidos del humor; incluso podemos hablar de la estética del asesinato, pues, aunque todos estaremos de acuerdo en que el asesinato y su práctica es una cosa abominable, podemos convenir en que su realización evidencia la mayor o menor destreza de aquellos que los llevan a cabo. Del mismo modo, y realizando un modesto ejercicio de abstracción de la maldad que conllevan estos actos, se pueden clasificar por la astucia, inteligencia, arte y belleza con los que se planearon y escenificaron finalmente. No es lo mismo un alocado y difuso crimen pasional llevado a cabo en un momento de furia, que el frío, calculado y premeditado asesinato de un enemigo político, por poner dos ejemplos. Estas disertaciones un tanto extravagantes pueden ser vistas, por ciertas personas, como una muestra de mal gusto; no les digo ni que si ni que no, pero es bien cierto que con abstenerse de seguir leyendo queda solucionado el problema para aquellos de estómago incontinente, porque aunque hay quien dice que sobre gustos no hay nada escrito, eso no es cierto en absoluto; muy al contrario, sobre los gustos existe abundante literatura, alguna de muy buena calidad que sirve, precisamente, para educar el gusto y no andar por la vida hecho un gañán.
Sura, como ya conté en el segundo post, comenzó su vida de asesino a los trece años, y no fue fruto de la casualidad. En él ya estaba el germen que le llevaría y lleva por el tortuoso camino, para nosotros, del asesinato, y que para Sura solo es su ocupación principal, como para un arquitecto es el diseño y construcción de casas o edificios. Él forma parte de ese uno por ciento que lleva los rasgos propios de su personalidad al límite, y no se para ahí, además le añade el gusto por las cosas buenas de la vida. Con él rompieron el molde, y sé que habrá expertos que opinen de modo diferente y pretendan descatalogarlo, pero eso es porque no le han tratado, aún.